27.10.2021
Este fue el lema del regreso de la Convención Alfaloc, con seguridad, en la Cervecería Xarlie, en el centro de Portugal, el 16 de octubre, con un nuevo contexto, nuevos retos y nuevas oportunidades. Para llegar al evento, todos los empleados se sometieron a las pruebas de covid, lo que permitió una mayor tranquilidad.
Siendo el evento de contacto con los empleados más importante del año, este era un regreso muy esperado. Por un lado, los empleados vuelven a ver físicamente a sus compañeros dos años después, con la misma nostalgia que quien vuelve a las cenas entre amigos. Por otro lado, la primera curiosidad para el 25% de los nuevos empleados que se incorporaron al equipo de Alfaloc desde el inicio de la pandemia.
Esta convención fue un momento especial por reunir a los equipos de Portugal y España. Justo al lado, para los empleados de Portugal, las dificultades de este periodo fueron muy similares.
La jornada comenzó con el Director General de Alfaloc hablando de lo que hemos afrontado, cómo nos hemos adaptado y lo que conseguiremos juntos en un futuro próximo.
A continuación, se llevó a cabo una dinámica de equipo, en pequeños grupos más íntimos, para abordar diversas cuestiones:
Un período de almuerzo muy extenso fue un tiempo valioso para ponerse al día con los colegas. Este periodo estuvo amenizado por la música y el humor de artistas. A este entretenimiento se sumaron juegos de interacción física, que aportaron mucha interacción, diversión y casi caídas. Los retos estimularon la creatividad y el espíritu de equipo.
Por la tarde, en las "Conversaciones en el Centro", hubo espacio para que los empleados compartieran individualmente los obstáculos que experimentaron en un encierro repentino que alejó a colegas y clientes: qué dificultades tuvimos, qué tácticas utilizamos para superarlas y qué cambiamos/aprendimos después de esta experiencia.
Para terminar, el momento "Restarter", donde tuvimos una charla inspiradora del primer judoka portugués ciego, Miguel Vieira, que nos contó su historia: desde la ceguera repentina tras una siesta de almuerzo; la llegada a Portugal solo, vindo de Angola, y todavía sin acostumbrarse a usar un bastón; la adaptación en solitario a una vida sin vista; el aprendizaje del braille; la dificultad de ser ciego y trabajar como carpintero; los entrenamientos y campeonatos, las victorias y derrotas; hasta la combinación actual de su vida profesional, el judo, los estudios nocturnos y la vida personal.
Siempre con un mensaje sencillo e inspirador: aprovecha tus obstáculos y haz de ellos tu fuerza; si crees que eres inferior a tu oponente, explota su punto débil y véncelo ahí.
A lo largo de la Convención también se entregaron trofeos por equipos e individuales como forma de destacar los méritos.
¡Qué día de inspiración!
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